En la tele, las redes sociales, en todos lados te dicen que en esta cuarentena aproveches para ordenar placares, cocinar medialunas, entrenar, leer…” Desde que se disparó el #yomequedoencasa surgieron millones de propuestas para hacer puertas adentro. Muchos lo siguen al pie de la letra, pero otros no tienen el tiempo o se resisten. ¿Y sabés qué? ¡No pasa nada si no hacés nada!
Vivimos a mil todo el tiempo y no nos permitimos dejar de ser productivas incluso en tiempos de coronavirus y cuarentena. Desde que se impuso el #yomequedoencasa, se generó un fenómeno de hiperactividad. Desde las redes sociales y los medios nos proponen actividades para hacer en casa. Con los chicos, en la cocina, tips para ordenar placares, tutoriales de tejido y rutinas de gimnasia… hay de todo para todas. Pero, ¿qué pasa cuando no tenemos ganas de hacer nada? O cuándo estar en casa nos da mas trabajo entre ordenar, cocinar, limpiar?
Relajar sin culpa
“No hacer nada está bien”, asegura Ricardo Antonowicz, psicólogo, psicoanalista (MN 11556), jefe de servicio de psicología del Sanatorio Municipal Dr Julio Méndez. “A veces se cree que llenarse de actividades puede ayudar a calmar la tensión y angustia que genera el momento que estamos viviendo. Pero está bueno relajar y disfrutar del no hacer nada”.
“Lo ideal es que cada uno haga lo que tenga ganas. Y si se puede relajar, bienvenido sea. Es positivo usar este tiempo para descansar y no hacer nada”, enfatiza Antonowicz.
“Posiblemente alguien sienta culpa por esto. Y esta culpa es una manera de justificar la tensión del momento que estamos viviendo. Pero si tenés la posibilidad de no hacer nada, no hagas nada. Es positivo poder relajarse y alejarse un poquito de estas informaciones que nos vuelven a conectar con la realidad de la pandemia”, advierte el especialista.
Y concluye diciendo: “No nos debemos imponer nada para frenar la tensión. Lo más beneficioso es hablar entre nosotros y soportarnos. Tiene que prevalecer el buen amor”.
Lo importante es hacer lo que sientas y quieras. Si querés no hacer nada, está bien: date el gusto y relajá.
NOTA: Revista Parati