Se sabe: son épocas de cerveza en en el Valle de Calamuchita. Pero sin querer opacar esa fiesta que se avecina, el no aguantar hasta julio nos obliga a hablar de la fábrica de chocolate en Villa General Belgrano, porque para darse un gusto, no hay época prefijada.
Dulce tentación
La tradición de la Europa Central, no solo se ve reflejada en bebidas, chucrut, carteles de madera, calles que nos trasladan a Alemania, Austria, Suiza, Italia, sino también -y sobre todo- en el chocolate que en Villa General Belgrano, tiene su meca serrana.
Existen en la ciudad varios recorridos para conocer el circuito productivo de este alimento que viene del cacao. Elaboración artesanal, historia y proceso del chocolate. Saber cómo es el camino desde el comienzo hasta que llega a tu mesa, es lo que te vamos a contar.
Además de sabroso, rico, exquisito, y todos los calificativos que quieran ponerle, el chocolate posee beneficios para la salud y la belleza. Como ya dijimos, viene del cacao, que es antioxidante. Las sustancias principales de las que se compone son: lípidos, proteínas, vitamina B1, fósforo, calcio, entre otros. Todo eso, entre otras cosas ayuda al desarrollo de huesos y dientes, transporta oxígeno al cuerpo, provee energía, ayuda a la creación de nuevas células.
Por su actividad antioxidante tiene un impacto positivo en el funcionamiento cerebral y la memoria. ¡Inclusive sirve para bajar el stress! Pero eso no es todo, ya que minimiza la aparición de arrugas y ayuda a hidratar. Es decir, completito, completito.
La Capilla de siempre
¿Ya los convencimos de querer conocer cómo se hace esta maravilla? Bueno, entonces nos vamos hasta Capilla Vieja, que es una de las fábricas de chocolate emblemáticas de toda la zona. Allí, se puede realizar este recorrido del que hablamos.
Entrar al local, que se ubica en la calla Julio A. Roca 176, es entrar a un mundo que parece sacado de algún cuento. La vitrina nos recibe con chocolate en rama, chocolates amargos, semi – amargos, alfajores bañados y demás exquisiteces. Los dueños, Juan Manuel y Rosi Ferrari, son quienes dan la bienvenida y comienzan contando de cuando comenzó todo, allá por la década del ’80.
Lo primero que cuentan, es que la calidad es lo más importante, por eso la materia prima es vital. Cuidadosos del templado, de no equivocarse con las temperaturas, de lograr el brillo y el sabor perfectos, el amor por lo que hacen se ve en cada momento.
Antes de comenzar con la visita, pueden ver desde el vidrio a la gente trabajando y sacando los productos en el momento. Toda una garantía de que comerán algo excelente, más tarde.
Todo muy familiar y con historia, la fábrica se llama así, por un campo que tiene la familia, donde había una antigua capilla que le daba el nombre al lugar. Y luego sí, la historia de lo que se exhibe en el lugar. Desde derretir el bloque de chocolate puro de cacao de Ecuador, para templar y trabajarlo sobre una mesada. Entre historias, anécdotas y secretos, los dueños muestran cómo se genera eso tan sabroso. Luego de enfriarlos, quedan las formas de bombones, trufas, bocaditos, ramas y varias más para el paladar de quienes sepan comer buenos chocolates.
¡Visitá Villa General Belgrano y deleitate con sus exquisiteces!