¿Tenés pensado viajar con mucha compañía? Bueno, cuidado. Tené en cuenta todo tipo de dilemas y encontronazos posibles. Además de preparase a tiempo para resolver cualquier situación, de la mejor manera. Te pasamos algunos tips, que ayudarán para que ese viaje sea una experiencia inolvidable.
¿A qué hora salimos?
Es complicado, muy complicado que un montón de personas se pongan de acuerdo en el horario de partida. Generalmente, siempre elige el que maneja y el resto se adapta.
Acá juega mucho el ser «búho» o «alondra . El búho disfruta la tranquilidad de la noche y la alondra, la energía inagotable del día que empieza. El búho está listo para manejar cuando empieza el atardecer y disfrutar de la ruta vacía. A la alondra le gusta salir con el sol, te despierta para que mires el paisaje del camino y bajes a sacarte una foto. A la alondra se le apaga la tele a las 10, por eso frena a dormir en la ruta. El búho dice: «Dejá que yo manejo» y, cual chofer de bondi, te despierta con el desayuno. Alondras y búhos de la vida, coordinemos para que la noche de uno no sea la pesadilla del otro.
¿Se come o no se come en el viaje?
¿Quién no viajó con un obsesivo del auto? Ese que lo tiene impecable, peero no de casualidad. Lleva bolsitas de basura y, apenas abrís un chicle, ya está pidiendo el papel. O el atento que pide vasos para no tomar de la botella. ¡Ay si agarras un pozo!
Están los relajados a quienes no les importan las migas, la pasajera «todoterreno» que te arma una cuchara con el ticket de peaje o la tapa del yogur; el que no acepta un no al mate y te hace tomar dos termos, solo…
Viajar y comer van de la mano. Así que planealo porque si no paraás en una estación de servicio y pagas cualquier cosa, por un sandwich que es… cualquier cosa.
¿Se animan al karaoke?
Un roadtrip, o viaje por la ruta, tiene varias y variadas etapas musicales. Desde el videoclip en el que te sentís protagonista de un video romántico, la roadmovie en la que suena una canción y se van mirando unos a otros y cantando a grito pelado el estribillo, porque lo asocian a un momento particular de la vida, y de su amistad; está el momento retro con éxitos de décadas atrás, donde dejan todo. ¿Quién no ha cantado/gritado »
Te recuerdo en mis sueños ahora que te estoy perdiendo
Te recuerdo en mi piel y no puedo creer
Que el secreto que inventamos en el fuego murio
Y mato de un solo beso a nuestro amor»? Que hasta el mismo Cae sentiría envidia de vernos.
Ojo que el silencio también es lindo. Son momentos cortos, en que lo importante es escuchar el motor, sentir el viento, agradecer ese viaje…
¿Quién es de copiloto?
Hay varios tipos de copilotos. Está aquel que sí o sí tiene que serlo, ya que por tan alto no entra atrás o es el dueño del auto «bis» y no te deja el lugar de adelante por nada del mundo. En otro nivel está el copiloto por elección, que es el que va adelante porque tiene una función especial: sabe el camino, tiene el Waze actualizándose minuto a minuto, prepara listas de Spotify ideales y una de las mejores cosas: ceba mate como nadie.
Están quienes no se duermen por nada del mundo, necesarios para evitar cualquier dolor de cabeza, ayudándote para que no lo hagas vos. Te cuenta chistes, te saca mil y un temas, te mantiene atento…
¿Y si se te queda el auto?
Entendemos que ya vas gastando mucho en el viaje: la vaquita para la nafta y peajes, el hospedaje y los víveres. En el ejor de los casos te queda algo de plata, pero no tanta. Siempre pensas que llevar el auto al service antes del viaje, hipoteca tus próximos seis meses.
El error es pensar que llevarlo después del viaje es lo mejor. No! Es peor que se te reviente una cubierta en medio de una autopista, sin señal y haciendo de todo para dar con el número del auxilio. Ni hablar de la bronca de los demás ocupantes, que quieren llegar ya a destino para disfrutar. No los estreses y no te estreses. Antes de salir, chequeá desgaste y presión de neumáticos, frenos, nivel de aceite y agua, correa de distribución y luces.
¿Parar o no parar?
Todo un dilema. No hay nada más decepcionante que, después de varias horas pasando camiones, parar en la estación de servicio. Quienes no manejan van al baño, calientan el agua para el mate, o se ponen a sacarr fotos para subir a las redes.
Pero quien maneja no sólo quiere llegar, si no que no se acerque tan rápido aquel camión que costó tanto pasar. Tranquilo, relajate, y dejá que se vaya. Lo importante es llegar, no importa cuando. Y disfrutar del roadtrip, obviamente.