Hay viajeros empedernidos que se esfurzan por visitar diversos sitios. Pero también existen aquellos que quieren repetir ciertos lugares, dos o más veces. ¿Qué es lo que hace que un sitio sea tan significativo y atractivo? ¿O cuáles son nuestros hábitos que explican ello? A continuación te lo contamos.
Gran sentido de familiaridad
Está la memoria emocional y los recuerdos de los momentos vividos con familiares y amigos, que influye y mucho. Sobre todo si comparten las ganas de conocer un destino en particular, que los hace volver más de una vez.
También cuentan la comodidad, la seguridad y el acierto que sólo lo dan un lugar que ya conocemos de antemano. Inclusive sirve para planificar de manera más rápida y fácil las vacaciones o un viaje más largo.
Conexión con la cultura local y la comunidad
Esto genera la necesidad adictiva de explorar más y más. Es por eso que hay que volver a un lugar para conocerlo mejor. Si vas a un lugar muy amable, la impresión es positiva y duradera, profundizando lo anteriormente citado.
Y peor, si se llegan a hacr amigos en estos viajes. Muchas veces son quienes nos introducen a los lugares, y además a conexiones sólidas que ayuda y mucho al volver.
La hospitalidad atrae a la gente al destino y si es mucha, a la vuelta. Más si el alojamiento ofrece un servicio atento y personalizado para sus huéspedes, previamente habiendo aprendido sus preferencias para que se sientan especiales.
El vínculo emocional
Desarrollar un vínculo emocional con un lugar es posible a través de experiencias increíbles, que sumado a los puntos anteriores generan hábitos en donde nos gusta permanecer.
Pueden ser un profundo interés histórico por un período o tema particular local, tal es el caso de quienes viajan para conocer mejor su árbol genealógico.
Además la belleza única de una ciudad que haya impactado o su gastronomía, además de las atracciones turísticas características de ese lugar atraen a los sentidos y contribuyen a recuerdos imborrables.
Y esos recuerdos pueden aumentar, si se vuelve a visitar un destino turístico para descubrir los rincones más inesperados, esos que no son muy conocidos. Y que pueden ser totalmente mágicos.