Desde hace un tiempo – no tan lejano-, la gastronomía de playa está dando paso a la comida sana. Lo que antes era choclo con manteca, rabas con cerveza, waffle con dulce de leche, licuado de banana pasadas, cuando el sol caía; ahora se convirtió en restaurantes de playa donde la ensalada le gana a las papas fritas, puestos de sándwiches vegetarianos y comida orgánica que duplicaron sus ventas. Hablaremos de que comer sano ganó terreno en la playa y no sólo desde las fotos que se suben al Instagram…
Comer como si no estuviésemos acá…
Parece que la costumbre de otros países, en desayunar frutos y comida sana, o esa costumbre de desayunar bien, solamente cuando está incluido en donde nos alojamos, se mudó a la playa. Cada vez más personas se llevaron en conservadoras frutas como uvas, manzanas y duraznos. Y no tiene que ver no solamente con un tema de precios -por los tiempos que corren- sino que también se relaciona, con comer lo más sano posible para no sentirse pesados en la playa y pasar mejor el calor.
El agua también es algo más común, no tanta gaseosa. Y más si a la noche se tomó alcohol en el boliche. Puede que una esalada en la costa argentina, valiera el doble que un pancho. Pero la sensación de sentirse livianos no tiene precio. Porque es más disfrutable el mar…
Antes a la tarde se comía churros. Siempre fue un clásico. Para acompañar al mate, o porque nadie se puede resistir a a esos vendedores. Por lo menos hasta ahora. Tampoco se puede negar un heladito de vez en cuando, pero para refrescarse este verano abundaron los smoothies. De hecho han aumentado las ventas de licuados de frutas con agua y edulcorante.
Ojo, la cerveza está bien. Pero mejor a la noche, para acompañar una rabas. Este verano la decisión fue en favor de estos tragos ricos y divertidos.
La ensalada puede ser un principal (y también divertida)
Esos cambios en los hábitos de los turistas, también repercutieron en en las ventas de los restaurantes y puestos gastronómicos. Si bien todavía se pide sándwiches de milanesa o hamburguesa, en el verano 2017-2018, se duplicó el pedido de ensaladas que son más costosas que una hamburguesa.
Y ni hablar de ensaladas de fruta, que por día se pueden vender de a cientas, siendo que cuestan más que un waffle. En lo relacionado a las bebidas, también se notó esta nueva manera de consumir. De cada cuatro bebidas, tres fueron sin azúcar. O directamente limonada, que no solo refresca sio que también da gusto.
¡Cuidarse en vacaciones también es posible! La comida sana llegó a la playa para quedarse.