Nunca estamos del todo salvados en un viaje, de que puedan sucedernos imprevistos. Los mismos pueden afectarnos para mal, en el futuro, sobre todo cuando recordamos el viaje. Existen todo tipo de recuerdos, pero siempre queremos que en esa lista no estén los malos.
Pero hay algo peor: existen momentos que arruinan el viaje antes de que este comience o por lo menos lo condenan a no ser lo que esperábamos es un inicio. Te contamos los más comunes, para que no te sucedan o -de última- no te afecten tanto.
Enfermarse
Hay gente que se pone nerviosa antes del viaje y eso traer consecuencias: nauseas, dolor de estómago, de cabeza y más. Puede que nunca te haya pasado, pero hay miles de personas que sí lo experimentan, algunas lo hacen por la expectativa y otras por el miedo de volar en avión.
Pero no vamos a eso, si no a enfermarse durante el viaje, a que un agente desconocido nos afecte de tal manera que todo lo que queríamos hacer se vea afectado por una enfermedad. Lo mejor que puedes hacer es no tomar agua contaminada, lavarte siempre las manos y, si tu estómago es muy frágil, comer sólo en sitios con buena higiene. Ah, y si tenés piel sensible y vas a la playa, ¡llenate de protector! Lo vas a agradecer.
Olvidarse los documentos
Hay personas que son muy distraídas y se olvidan no sólo del cepillo de dientes, si no el documento y están quienes -incluso sabiendo que viajan al extranjero- llegan al aeropuerto sin su pasaporte.
Ponete una alarma, dejate recordatorios, pedile a alguien que te pregunte si lo llevás, pero hace algo porque no hay nada peor que ese momento bien feo.
Llevar a alguien equivocado
Si esperaste mucho tiempo el viaje, seguro querés vivir experiencias inolvidables o guardarte postales para siempre. Por eso muchos viajan solos, para tener completo control de la situación, otras personas deciden ir con alguien significativo para ellos en ese momento: su pareja, mejor amigo o incluso un grupo de amigos.
Pero tené cuidado: la otra persona puede tener sus propias expectativas, hacer su itinerario y afectar tu ritmo, por lo que podría convertirse en un dolor de cabeza. Si vas a invitar a alguien, debes tener por seguro que ambas partes harán lo posible por sacar el máximo provecho del viaje.
No investigar
¡No vivas de las expectativas! Los lugares turísticos no siempre son como se ven en las fotos. Es decir, por dar un ejemplo, Barcelona pocas veces tiene sus calles vacías para que aprecies su arquitectura, o a la Torre Eiffel llegan miles que quieren la misma foto que vos.
Investiga antes de partir, cómo es en realidad el lugar que visitarás. Los viajeros hablan de una manera increíble de muchos sitios, pero ojo que la realidad supera al Instagram. Aprende de lo bueno y lo malo, sólo así podrás entender la esencia del lugar ya que estés ahí.