No hay nada como viajar viajar a Ushuaia… Pues bien, pasen y lean sobre un recorrido diferente: un crucero por el fin del mundo.
Imagínense estar en un crucero, mirando a través de ventanales. Pero no en un clima tropical, sino en el paraíso blanco formado por glaciares, tierras desconocidas y el lugar más austral del mundo. Navegar por la punta sur, entre los canales de la Patagonia y Tierra del Fuego, es una experiencia que deben vivir.
Conociendo el fin
El crucero se llama “Stella Australis” y su capitán Oscar Sheward. El mismo sabe que pisar estas tierras decoradas con hielo, significa en muchos casos ser los primeros afortunados. El lugar se ha mantenido por ser declarado reserva mundial de la biosfera de la UNESCO. La belleza no se explica, solamente hay que ir y vivirla.
Son cinco días de navegación en un recorrido que une la localidad chilena de Punta Arenas con Ushuaia. El trayecto también puede hacerse a la inversa, comenzando en Argentina, siendo testigos de una ruta totalmente aislada, desconocida, antigua y donde la navegación por la zona está restringida a naves menores con bajo impacto ambiental.
Crucero Australis es la única compañía hasta ahora que cubre esta ruta. Es la misma que hizo el naturalista Charles Darwin por la zona en el siglo XIX, siendo clave para su teoría de la evolución.
Míticos canales, el Estrecho de Magallanes, el Canal de Beagle y parques naturales junto a zonas protegidas es el combo increíble que pueden disfrutar.
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El paseo
Luego de las primeras jornadas, donde se pueden conocer Bahía Ainsworth, el Parque Nacional Alberto de Agostini, Glaciar Marinelli, los Islotes Tuckers (donde se visitan colonias de pingüinos magallánicos, cormoranes, gaviotas australes, chimangos o tiuques) y de pasar a la zona fuerte de los glaciares: tras pasar por el Canal Ballenero y el Canal O’Brien, se desembarca en el majestuoso Glaciar Pía, compartiendo ya suelo argentino.
La navegación continúa para llegar a uno de los puntos máximos del recorrido: el Cabo de Hornos. El mismo es el cruce de los océanos Atlántico y Pacífico y el punto más austral del mundo excluyendo la Antártida. Allí, se puede desembarcar, para luego continuar hasta la Bahía Wulaia (cuyo significado es “bahía bonita”), el lugar donde Fitz Roy y Darwin tuvieron contacto con aborígenes yaghanes en el siglo XIX. Allí los castores acompañan al paisaje, que muestra vistas únicas del paisaje de la Tierra del Fuego.
El final llega con Ushuaia –si es que se la comenzó en Punta Arenas- donde se desembarca, y el crucero vuelve a emprender la navegación en sentido inverso. Pisar tierra firme es hermoso, luego de semejante recorrido. Pero mucho más, cuando es para seguir maravillándose con semejantes paisajes naturales.