Si quieren contacto con la naturaleza y relax, no hay como la Quebrada de los Cóndores en La Rioja. Si están buscando algo diferente que los maraville, no hay como este lugar. Pasen y conozcan.
Tomando vuelo
Ubicada en la Sierra de los Quinteros, a unos 180 km de la capital de La Rioja, emerge la Quebrada de los Cóndores. El sitio es un lugar único para avistar estas aves que pasan en vuelo rasante a tan solo 3 o 5 metros de nuestras cabezas. Esta observación permite ver los dormideros de los cóndores, ya que se lleva a cabo desde las alturas.
Ubicada al sur de la provincia, la Reserva Natural Quebrada de los Cóndores, los espera con casi un centenar de cóndores. Pero también da la posibilidad de combinar con otras actividades en circuitos alternativos. Uno de ellos es el de Pinturas Rupestres.
Para llegar hasta allí hay dos tipos de rutas. Las primeras son pavimentadas atravesando la Ruta de los Caudillos hasta Punta de los Llanos y desde allí hasta la cabecera del Departamento Peñaloza: Tama.
El camino, después se vuelve más agreste hasta el pueblo de Pacatala, para luego trepar la sierra de los Quinteros y desde allí arribar a la pequeña Villa de Santa Cruz de la Sierra, enclavada en los 1.010 msnm. El camino lindero a la montaña de granito gris, negro y rosa, con formas rústicas. Allí ya está, ya pueden vivir este lugar.
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El protagonista
El cóndor andino, por su tamaño, su peso y la envergadura de sus alas desplegadas es considerada el ave voladora más grande del planeta. Puede llegar a medir 142 cm de altura, y casi 330 cm de envergadura, su peso es de, aproximadamente, 11 a 15 kg en los machos y de 8 a 11 kg en las hembras.
Su cabeza está desprovista de plumas, en su totalidad pudiendo ser una adaptación higiénica, ya que ese es el lugar que presenta mayor dificultad para la limpieza, por su carácter carroñero. La piel de la cabeza es de un leve color rojizo; cuenta con un pico terminado en forma de gancho y con bordes extremadamente cortantes.
Pero sobre todo, lo que más impacta de este ave es su vuelo. El mismo es elegante y con largos planeos, que al ser un animal pesado se vale de las corrientes térmicas de aire. Por eso se lo ve planeando largamente en las zonas cordilleranas, por muchas horas en el aire.
Habíamos dicho que hay varias actividades para hacer. Una de ellas es la pesca de truchas, que se ven en piletones de donde caen vertientes de agua. Al llegar al balcón natural, donde se ven los cóndores, el borde del precipicio amplía la adrenalina de estar en el aire, acompañados de la mejor manera. De los cóndores.
