National Geographic lanzó un informe escalofriante.
«La Antártida se divide en icebergs gigantes: el principio del fin» , donde se asegura que «hace más de tres décadas que desde la Universidad de California y el Laboratorio de Propulsión a Reacción -JPL por sus siglas en inglés- de la Nasa, se viene avisando de que la Antártida Occidental ha comenzado a derretirse».
Esta no es una nota más, porque tampoco ese informe lo es.
Palabras que preocupan
«Lo diremos sin rodeos. A vista de pájaro la plataforma de hielo de Pine Island, en la Antártida, es un tren que se dirige hacia la ruina a cámara lenta. Por supuesto desde una perspectiva humana. En tiempo geológico todo está sucediendo en un abrir y cerrar de ojos», comienza el informe que alarma.
Sin detenerse un segundo, el mapa del gigante blanco está cambiando para siempre: enormes bloques de la plataforma de hielo se separan y los científicos advierten de los potenciales daños que puede causar este fenómeno.
En otra parte del documento, aseguran: «Ahora, el gigantesco bloque que está a punto de separarse de la plataforma de hielo, conocido como Larsen C, puede ser el precursor de un colapso de todo el continente, el cual, de producirse, inundaría un gran número de ciudades costeras en todo el mundo».
¿Habrá tiempo?
Según NatGeo, los bordes del Larsen C se están deshaciendo como si fuesen un castillo de arena. Además, en su superficie se distribuyen grandes grietas que comparten el espacio con lagunas de deshielo de hasta 400 metros cuadrados. Y la más importante es la que está a punto de separar el Larsen C del continente, que mide ¡casi 200 kilómetros de largo y en alguno de sus sectores su ancho puede alcanzar los 2.000 metros! Si llegara a su extensión completa estaríamos frente a un iceberg de unos 5 mil kilómetros cuadrados, uno de los más grandes jamás registrados.
«Según mi experiencia, cuando la brecha toma un giro de 90º, como en este caso, la fractura está a la vuelta de la esquina. Es cuestión de semanas», afirmó el profesor de la Universidad de California y científico de la NASA, Eric Rignot, que reafirma así que el giro reciente de la grieta pone en evidencia su fractura temprana.
Números trágicos
El mar de Amudsen, al oeste de la Antártida, se calentó más de 0,5° y la velocidad a la que el hielo se está fracturando y por consiguiente derritiendo, se cuadriplicó. Pero no solamente esto preocupa, sino las consecuencias: la grieta que está creciendo hará que se desprendan una serie de islas.
Sin el Larsen C y a causa de la temperatura del mar, la situación se complica porque la plataforma de hielo se desarmará y romperá en pedazos cada vez más pequeños. ¿Cuál es el problema de esto?: Que el fenómeno ocurrirá a una velocidad cada vez mayor, el nivel del mar aumentaría en más de tres metros, inundando ciudades enteras de todo el mundo.
De este modo el derretimiento y la rotura de la plataforma de hielo de ese sector de la Antártida es un caso dramático. Entre los años 1994 y 2015 la cantidad de hielo se ha visto mermada en un 10%. Lo que más preocupa es que cuando se retire el hielo de Larsen C se podría afectar el glaciar vecino Thwaites, que podría desestabilizar a la mayor parte de la Antártida Occidental.
Rignot sentenció: «Es tan solo una cuestión de tiempo. Lo importante es saber si esto ocurrirá en un período de 500 años, o en menos de 100. Y sobre todo, si será la humanidad lo suficientemente rápida como para prepararse a los acontecimientos. Tenemos que despejar la incógnita, y hacerlo antes de que sea demasiado tarde».
Preocupante por donde se lo mire. Sobre todo, en relación al tiempo.