«Amancay» es la forma de definir a especies de flores. Pero en Córdoba, Villa Amancay, es igual de bella pero con la paz serrana, ideal para conocer y dejarse llevar. Conózcanla.
«La flor más bella de mi jardín»
Villa Amancay, es el pueblo que le sigue a Amboy, en la ruta de tierra a poco kilómetros. Allí, donde la naturaleza nos invita a pasar. Pero sobre todo, a quedarnos.
A tan solo 20 kilómetros de Santa Rosa de Calamuchita, y a unos 4 km de Embalse, la Villa se erige como una opción para aquellos, que no quieran más ruido que la de aves y el espejo de agua que se forma en su balneario. Porque es así, es tal cual. Es tan fácil y complejo -a la vez- explicarlo, que se transforma en más atractivo. Unos 300 habitantes que conviven en un lugar, donde no hay grandes atractivos pero sí los necesarios para conectarse con el lugar y con uno mismo.
Existen lugares obligados a conocer, por su cercanía como el Cerro Pelado que dista a unos 8 km. y el Complejo Hidroeléctrico Río Grande, para entender la combinación perfecta de naturaleza y trabajo humano. Una parte, que es de las menos explotadas de la provincia, mientras que el complejo reparte energía y se puede conocer, (sólo con previa reserva a través de EPEC). Y, en la mencionada Amboy, el Museo Dalmacio Vélez Sarsfield para recorrer la región y costumbres de los primeros habitantes.
La tranquilidad enamora
Casas viejas de piedra, piedra en las calles, tierra y árboles. Cabañas nuevas para alquilar, para conocer. Vecinos de siempre y los nuevos que se escapan de las ciudades. La cascada como sonido de la noche, la luna que entra por las ventanas junto al aire serrano. Hay un almacén, la señal del celular a veces se va. El trekking se hace sin querer y queriendo, porque el mismo paisaje invita a salir y caminar…
La siesta es sagrada sino se la pasa en el arroyo Amboy. Allí, a sus costados hay asadores y gente tomando sol. Y subiendo las escaleras formadas por las rocas, un maxikiosco que tiene lo necesario. Por si algo se olvidó de poner en la conservadora o el canasto.
Al arroyo y balneario se accede desviando desde la calle principal (la única asfaltada) a través de varias entradas. Cuenta con una laguna artificial, donde se forman cascadas refrescantes y en la parte baja, el disfrute es para los más chicos. Cabalgatas, paseos en bicicleta, mates entre los presentes, verde, sauces, agua, en Villa Amancay, una opción más que importante en estas vacaciones, si lo que quieren es relajarse.