Hoy vamos a conocer San Pedro de Colalao, una villa veraniega enmarcada por los ríos Tipas y Tacanas y con varios atractivos para quienes decidan visitarla. Hoy vamos a conocer una joyita tucumana.
El comienzo
A sólo 92 kilómetros de la capital tucumana, esta ciudad está lista para disfrutarla en cualquier momento del año. El turista que quiera llegarse hasta acá, deberá hacerlo por la Ruta Nacional Nº 9 hacia el norte y tras recorrer aproximadamente 65 kilómetros hasta la intersección con la Ruta Provincial Nº 311 deberá continuar 25 kilómetros más hasta llegar a dicha localidad.
Al llegar, su clima seco con temperaturas mínimas entre 18° y 25° C regala mañanas a pleno sol y noches frescas. La postal se termina de armar con las altas cumbres, que contrasta con el cielo azul. Su origen se remonta a fines del siglo XVII, cuando el capitán Pedro de Ávila y Zárate y el sacerdote Luis Marañón fundaron con cuarenta y siete indios la encomienda de San Pedro de Colalao.
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¿Qué hay para hacer en San Pedro?
Hoy en día, registros de sus primeros tiempos se pueden disfrutar, gracias a sus yacimientos arqueológicos que corresponden a la cultura Ayampitin, Ampajango y Candelaria en sus etapas temprana, media y tardía. Siempre con guías especializados, para aprender y entender más sobre ellos.
En la misma sintonía, la travesía arqueológica Piedra Pintada, se ubica a 9 km de la villa, y ofrece signos tallados por ancestrales culturas, (más de 45). Estos, en honor a la fertilidad y las cosechas, ubicados en La Ovejería, a orillas del Río Tipas Mayu, se convirtieron con el paso del tiempo en una visita obligada, para conocer más sobre los originales dueños de estas tierras.
También el paso del tiempo se nota cuando se visita su Plaza, en otro paseo, enmarcado por antiguas casonas de fines del siglo XIX. Clasicismo italianizante, bajo una hermosa arboleda de tipas, en un paseo que culmina frente a la Iglesia de San Pedro, la comuna y el Museo San Pedro donde se conservan petroglifos y rocas milenarias.
Paisajes y más paisajes
En esta localidad hay turismo para todos los gustos. Incluyendo el religioso, ya que cuenta con la gruta de la Virgen de Lourdes, en la entrada al pueblo. La réplica de la ubicada en Francia, contiene una piedra incrustada en uno de sus muros, que extraída de la gruta original. Pero además posee la fe de miles de fieles, que en cada febrero se congregan para presenciar la obra El Milagro de la Virgen de Lourdes, representada por un grupo de actores profesionales y colaboradores locales.
Un mirador natural, el Monte Bello, desde donde se puede obtener una panorámica envidiable; caminata con llamas en las colinas cercanas, que se convierten sin pensarlo en la mejor compañía; lugares y superficies para realizar trekking, cablagatas, mountain bike y travesías en cuatriciclo. Y como si eso fuera poco, para los amantes de la aventura, San Pedro de Colalao ofrece un paseo hacia el Puente del Indio.
Este, que es un emblema local, es un puente natural formado por la erosión del tiempo y el agua. Según las leyendas fue creado por los pueblos originarios. Según los visitantes, es un lugar imperdible… Como todo el pueblo.