Chubut es dueña de algunos de los paisajes más sorprendentes y tanto en invierno como en verano, te va a sorprender. Allí se encuentra una mole de roca volcánica de 100 metros de base y casi 250 metros de altura que da nombre a uno de los lugares más lindos de la provincia.
Si este verano 2021 tenés pensado viajar a Chubut, en esta nota te mostramos Piedra Para y la Buitrera, dos destinos únicos de la región sur del país.
Piedra Parada
Sobre una orilla del Río Chubut y en plena estepa patagónica se alza una imponente piedra de origen volcánico que supera los 200 metros de altura. Hablamos de Piedra Parada, un lugar que fue la caldera de un antiguo volcán, cuya chimenea se solidificó y dio origen a geoformas muy peculiares.
Antiguas paredes que dejan ver las huellas del material incandescente guardan pinturas rupestres. Esto también es parte de lo mágico del lugar, ya que decirle majestuoso es poco.
Los atractivos del paisaje son impagables. Como el camino que conduce hasta este lugar, que te lleva por una zona de transición entre la estepa patagónica y el comienzo de los valles cordilleranos. Mientras recorremos el camino, gran parte de la fauna que habita aquí se nos presenta: liebres, caranchos y choiques.
Pero además de esto, el lugar es muy conocido por ser un referencia obligatoria en lo que hace a la escalada. Por ejemplo en 2013, Piedra Parada fue sede del Petzl RocTrip, una de los encuentros de escalada más importantes del mundo, marcando un antes y un después para la actividad en la zona. Cada vez atrae a más escaladores de Argentina y el mundo. ¿La piedra? No solamente, si no lo que le presentamos a continuación…
Cañadón de la Buitrera
A muy pocos metros de Piedra Parada, se pueden topar con lo que completa el lugar. Es más, hasta se podría decirse que «la» piedra es lo simbólico y lo importante es el Cañadón de la Buitrera, una formación de roca volcánica que emerge en la estepa con paredones altísimos.
Cuenta con 5 kilómetros de extensión, donde dispone de más de 300 vías abiertas para escalada. Cuenta con muros para uso de los principiantes y vías para expertos, separadas entre sí para que todos escalen con comodidad. Las vías están bien separadas unas de otras y todos pueden escalar con comodidad.
Pero no sólo de escaladas se vive en el Cañadón, si no que también es ideal para realizar trekking. Una caminata de casi diez kilómetros -yendo de un extremo al otro del cañadón-, es la mejor oportunidad de conectar en profundidad con el lugar. Se lo realiza siguiendo un sendero angosto que corre entre los murallones, donde un delgado hilo de agua corre junto a este, para obligar a cruzarlo.
