Dicen que hay lugares donde mirar el amanecer es conmovedor, donde parece que el sol busca posarse. Donde descansa, para luego estar radiante toda la jornada. Uno de esos lugares está en el Norte Argentino. Uno de esos lugares es Iruya, en la Provincia de Salta. Hacía allí, viajamos hoy…
Cuidada por gigantes
Muchas veces parece que sus postales son de Jujuy, de Humahuaca que está a 73 kilómetros. Pero no. Tal vez sus montañas hacen el trabajo del engaño, pero de cualquier manera hay algo que no puede engañarnos y es su belleza. Tal es así, que el pueblo se dedica casi exclusivamente al turismo, porque son miles los viajeros que llegan para aadmirarlos.
A 2.780 metros sobre el nivel del mar, y a 320km. de la capital salteña, Iruya se constituye como el pueblo que está entre los cerros. Es que ellos cuidan esta localidad y le dan el toque mágico a la mirada de quienes son testigos de este territorio colonial, con calles empedradas donde caminar es más que un paseo, es un viaje en el tiempo.
Aquí el pasado se mezcla con el presente, las culturas pre-hispánicas se mezclan con la de los colonizadores, conformando tradiciones muy arraigadas.
Descubriendo el pueblo perdido
Iruya es para conocerlo poéticamente. El amanecer allí, es todo un arte, sino vean el video del inicio. Primero el sol se asoma por los cerros, y a medida que sube al cielo ilumina todas las casas de adobe y techos de paja. Esta última, da el nombre al pueblo, material noble y humilde. En Iruya, todo es hermoso. Miren nomás las imágenes…
Si llegas a cansarte de caminarla, existen otras posibilidades para disfrutarla: cabalgatas, trekking, safaris fotográficos y travesías en 4×4 por sus caminos con vaivenes.
La religión tiene mucha impronta en esta localidad del norte, sobre todo en la fiesta patronal en honor a la Virgen del Rosario. Allí las calles se llenan de peregrinos, comerciantes y productores que honran a esta figura tan importante para todos. La fiesta es siempre el primer domingo de cada octubre, pero todo comienza un día antes cuando por la mañana, se celebra la misa y la primera procesión de la Virgen. Por la noche la imagen que todos buscan: una procesión, y el final con los fuegos artificiales que iluminan a todos. Cajas cayeras, cornetas, quenas, campanas, que culminan con la tradicional Luminaria de Víspera de la Fiesta. La serenata a la Virgen anuncia la legada de la jornada del domingo donde la última procesión y el Baile Popular culminan con las actividades.
Al otro día, todo vuelve a la normalidad. Y el sol de nuevo, nos conmueve con el amanecer…
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