Las vacaciones de invierno ya llegaron, y vos ¿todavía no sabés dónde ir? En el norte del país te encontrarás con una opción perfecta: Tilcara, Cafayate, Iruya, Purmamarca y San Lorenzo. Destinos perfectos para pasar el frío invernal y disfrutar de la magia de Norte Argentino.
Enterate de todo lo que estos destinos norteños tienen para ofrecerte en estas vacaciones: lugares para disfrutar con amigos, pareja y la familia completa, son las opciones que tenemos para vos.
Tilcara: pintoresca y colonial
Es uno de los destinos más populares entre los viajeros, debido a que durante los meses de junio, julio, agosto no se registran lluvias, lo que favorece disfrutar del paisaje y las excursiones que se realizan en la zona.
Una de las excursiones preferidas por los turistas durante el invierno es la tradicional caravana de llamas. La caminata se realiza junto a estos animales característicos del norte, por el imperdible camino milenario de la sal (que finaliza en las Salinas Grandes). Es la excursión ideal para realizar durante este período, ya que se trata de una aventura larga (al menos cuatro jornadas completas), que se vuelve muy tediosa durante el verano por las altas temperaturas.
El frío invierno y las vacaciones, es también la excusa perfecta para sumergirse en la deliciosa gastronomía jujeña. Suculentas meriendas con café, té o mate acompañados por increíbles tartas, pastelitos, tortas fritas, son imperdibles e imposibles de rechazar. Para visitar todo el año, Tilcara es un destino ideal para no perderse durante ninguna estación.
El clásico y pintoresco Cafayate
A 180 km de la capital, se encuentra este mágico pueblo que conserva su arquitectura colonial, y donde el legado de los diaguitas puede verse plasmado en cada rincón. Frente a su plaza central, se encuentra el mercado artesanal que exhibe productos artesanales de excelente calidad como diseños en telar, platería, alfarería, madera y cerámica.
Un icono del pueblo es la Catedral Nuestra Señora del Rosario, que con su estilo post-colonial y fachada plana, es propia del período 1890/1900 en Cafayate. Es un atractivo que no hay que dejar de visitar, junto al Molino Jesuítico, una reliquia cafayateña ubicado a 6 km de este poblado. Con 350 años de antigüedad y algunos cambios como el paso de su estructura de madera a hierro, sigue moliendo hasta 200 kilos de sémola o harina de maíz por vez.
El Museo de la Vid y el Vino, es también otro de los recorridos claves para realizar. Esto se complementa con los campos de viñedos de las distintas bodegas. Algunos están 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar provocando que por la escasez de lluvias, la uva concentra allí todo su sabor, aportando un vino blanco de fuerte personalidad y sabor frutado reconocido y premiado mundialmente.
En el centro de la ciudad, diversos restaurantes abren sus puertas al visitante para degustar la típica gastronomía salteña, como tamales, locro, cazuela de cabrito, carbonada, humita a la olla y en chala, y las irresistibles empanadas elaboradas con típicas recetas y materia prima de los Valles Calchaquíes. Completan este polo gastronómico, cafeterías, cervecerías y vinotecas.
Iruya: ideal para visitar en invierno
Si hablamos de pueblos y lugares imperdibles del norte argentino, Iruya es sin duda, uno de los pocos que reúne estas características. Se encuentra entre áridas montañas rojizas, y a una altura de 2780 metros, algo que lo hace aún más atractivo e interesante para todo aquel que lo visita. Tiene calles empedradas, casitas hechas de adobe, piedra, paja, y alberga una población de 6000 habitantes.
En los alrededores se erigen numerosos parajes de igual belleza: San Isidro, San Juan, Chiyayoc, Rodeo Colorado, entre otros. También se encuentran las ruinas del pucará de Titiconte. Solo es posible llegar a estos lugares a lomo de mula. En las localidades de Río Grande, Campo Carreras y Pueblo Viejo se pueden adquirir ponchos, medias, gorros, tapices y mantas artesanales confeccionadas con lana de llama y oveja.
Dentro de las actividades que se puedan realizar en el pueblo y sus alrededores, vas a poder practicar senderismo, y visitar caseríos contiguos a caballo o en vehículos 4×4. Hay algunos circuitos que se pueden realizar durante todo el año en un vehículo todo terreno como el circuito Caminos del Inca, que permite llegar por la ruta 133 al poblado de Colanzulí, al pie del Cerro Morado.
Purmamarca: el clásico del norte argentino
Con sus paisajes y encantos, la bella localidad de Purmamarca es visitada por una gran cantidad de turistas que llegan día a día, no sólo para pasar unas lindas vacaciones de invierno, sino que también para disfrutar de los distintos atractivos bajo los cálidos rayos del sol.
El Cerro de los Siete Colores se presenta como el atractivo principal del pueblo, siendo un conjunto de rocas de singulares tonos ocres y pasteles que dan un marco deslumbrante. Lugares como el Mirador El Porito y la Plaza 9 de Julio son espacios que concentran una mayor cantidad de gente. Allí funciona permanentemente la feria artesanal donde es posible adquirir artículos regionales como vasijas, alfombras confeccionadas en telares, ponchos, instrumentos musicales y ropa típica de la quebrada.
Otros lUgares claves del pueblo para visitar es el Paseo de los Colorados, la Iglesia Santa Rosa de Lima y el Cabildo Histórico. Las Salinas Grandes no quedan afuera de esta lista y son un destino que los turistas ya tienen en vista desde el primer día que llegan.
Misticismo y tranquilidad en San Lorenzo
San Lorenzo es el lugar ideal para caminar y estar en contacto con la naturaleza, ya que está enclavado en la selva de las yungas. Cuenta con colinas que albergan una importante variedad de flora y fauna. Todo el año se realizan caminatas, cabalgatas, paseos en bicicleta, excursiones en cuatriciclos y safaris fotográficos.
La villa turística es la combinación perfecta entre la tranquilidad y la belleza que muchos viajeros desean encontrar. Además posee una infraestructura completa y todos los servicios que un turista necesita para pasar unas vacaciones plenas y sin contratiempos. Cabañas y casas de campo de distintas categorías, buena gastronomía y casas de té, brindan una sólida estructura para recibir a los visitantes.