Declarada hace más de un siglo como ciudad, luego de su fundaciónn en 1886, Malargüe se ha convertido en uno de los lugares a visitar sí o sí en Mendoza.
La Gran Estancia
Malargüe formaba parte de una gran estancia del siglo XIX, de la que hoy queda sólo un molino harinero. En aquel entonces existia un fortín Malal – Hué -que en mapuche significa lugar de corrales-. El mismo fue construido por orden del Capitán Juan Troncoso con piedra toba volcánica. Fue para seguir robando las tierras a los aborígenes, correr sus fronteras e impedir sus contrataques.
Hoy en día su oferta turística se da con naturaleza pura, biodiversidad y formaciones geológicas únicas. A poco más de 400 kilómetros de la capital mendocina, este lugar se prepara para sorprenderlos. Y una de sus maneras, es con sus termas. Por ejemplo, las termas del Cajón Grande, a unos 150 kilómetros al este, cuentan con unas cuatro piletas de entre 38 y 45 °C a cielo abierto. Además se ubican en el corazón de una quebrada, que se mete 12 kilómetros desde el camino internacional.
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El Valle
Existe en este punto del mapa, un recorrido donde las rutas y los caminos son paraíso puro. Estamos hablando de Valle Hermoso, Los Molles, Pozo de las Animas y la Laguna de la Niña Encantada.
La última, tiene 80 metros de diámetro y un lecho que antiguamente fue un cráter, surgido por el volcanismo de la zona. Refleja con claridad las paredes de piedra, que la encierran, para dar fe de su nombre. La fantasía, el encanto acá se percibe claramente.
Además de los otros lugares mencionados, habrá que resaltar la Reserva La Payunia, un lugar que quiere ser declarado como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, para entender de su importancia. Esta reserva con volcanes -ninguno activo- y lagunas, es un viaje al esplendor. Ayudado por los campos de bombas y lapilli, coladas de lava individual más largas del mundo, Laguna de Llancanelo, donde viven más de 100 especies de aves, Pampas Negras donde crecen matas sobre la superficie inorgánica y muchísimo más…
Maravillas desde el cielo
Otro de los lugares a conocer -y si se va en familia, mucho más- es el Planetario de Malargüe. El mismo cumplirá 10 años en este 2018, ya que nació por la necesidad de seguir impulsando la actividad turística del Departamento de Malargüe y dar respuestas al constante reclamo de obtención de conocimientos, logrados por el único Observatorio de Rayos Cósmicos del mundo: el Observatorio Pierre Auger.
Se destaca La Piramide, de 13 metros de lado, con grandes tejas triangulares. Con 25 tejas por lado coloreadas con una pintura tricapa tornasolada en la gama de los azules, que vincula el espíritu humano con el cosmos; y además es una forma efectiva, en una zona geográfica de inviernos con nieve.
Malargüe es mágica. Por donde quiera mirarse. Es hora de que la conozcan…
