No solamente en tierras cordobesas o puntanas hay sierras. Hoy conoceremos más de Sierra de la Ventana, este hermoso lugar de Buenos Aires y atracciones para conocer.
Para los amantes de la naturaleza este destino es ideal. Los «cordones» de Tres Picos (con el cerro más alto de la provincia), Pigüé, Puan y las estribaciones de Pillahuincó, tienen una extensión de 195 km de noroeste a sudoeste que la vuelve maravillosa.
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¿Qué hacer en Sierra de la Ventana?
Lo primero es lo primero. Si se llegan hasta este lugar, «abrir la ventana» es lo que deben hacer. ¿Por qué? Porque es emblemático y porque desde ese punto de la superficie, todo lo que miren los dejará sin palabras.
Lo más importante: Piletones Naturales y Garganta Olvidada, dos lugares emblemáticos de esta zona. Los primeros requieren de un recorrido, donde no se necesita tanto esfuerzo en 2 a 3 horas. La Garganta, casi no necesita de esfuerzo, pero sí de ganas de conocer una pequeña cascada natural en una hora de duración (ida y vuelta).
Existe un sendero, autoguiado, que lleva hasta el punto que dio el nombre a este sistema montañoso. La abertura, producto de la erosión, es más que una ventana, un ventanal a la maravilla verde… Para llegar hasta allí, hay que partir del Parque Provincial Tornquist hasta el hueco del cerro Ventana, siempre respetando las señales para evitar cualquier tipo de accidente. Siempre, tanto para subir como para descender, hay que informar a la Oficina de los Guardaparques y buscar uno de ellos, si se quiere conocer La Garganta del Diablo, por la dificultad que tiene y el esfuerzo, mayor que el ascenso antes mencionado.
Visitá el Museo del Mate
El Museo del Mate es la segunda opción para que conozcas en esta localidad. En José Hernandez 108, con entrada libre y gratuita, el turista se topa con más de 12oo mates, bombillas, envases de yerba, calentadores a leña, kerosene y más. Desde la época colonial, hasta los más modernos de silicona pasando por el Mate del Centenario de la Patria de 1910, los hay de todo tipo.
Además, puede comprar el mate que quiera para llevar un recuerdo, o degustar de esta tradición.
Un turismo que no es ruina
Última de las tres atracciones en Sierra de la Ventana, y no es otra que la primera del turismo de 1900. Hablamos del gran Club Hotel Sierra de la Ventana. El primer lugar del turismo aristocrático argentino que tuvo un momento de brillantez tan rutilante como su caída.
A principios del siglo XX, un grupo de empresarios y visionarios de nuestro país y de Inglaterra, comenzaron a levantarlo, luego de que el Dr. Félix Muñoz, especialista en enfermedades respiratorias -como pasó muchas veces- encontró el clima apropiado, en esta parte de país, ideal para la cura de enfermedades de tipo respiratorio y nervioso. Él levantaría un hospital y su amigo el Dr. Manuel Láinez, junto a la compañía británica Ferrocarril del Sud harían lo mismo, pero con un hotel. Las razones eran obvias: las ganancia que daba aquella zona. El tráfico de pasajeros, sería mayor para esta parte, por eso el 15 de agosto de 1903, se inauguró la parada de tren que correspondería al hotel. Más adelante, sería la estación Sauce Grande, que terminó llamándose como la localidad.
La historia de esta mole de cemento, no fue la mejor: Las depresiones económicas de la década siguiente, dieron pérdidas y en 1917, cuando la ley prohibió juegos de azar el cierre era inminente. Sucedió un par de años después. En los años ’80 un incendio devoró este lugar, que hoy en día, sigue llamando a turistas, pero desde sus ruinas.